Estudios enconctraron que los participantes de clases de natación pueden adquirir beneficios en el desarrollo motriz. Esto lo avala Sigmundsson y Hopkins (2009), que concluyeron que si los participantes comienzan un programa regular de natación a una temprana edad, estos consiguen un mejor desempeño en pruebas estandarizadas que lo niños y niñas de la misma edad que no participaron en las clases de natación.
Los programas lúdicos acuáticos desarrollados a una población de edad temprana de 0 a 12 años desarrollan las capacidades motoras de sus participantes de manera más expedita. Pero, cabe resaltar que estos programas se deben ofrecer en un ambiente amigable para facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Al igual que la participación en estas clases ayudan a un mejor desarrollo físico y emocional.